Por Guacimara Vera Díaz (*)
Me siento canaria cuando soy capaz de soñar una Canarias libre y unida, con un modelo económico que garantice un desarrollo sostenible para las generaciones futuras, utilizando energías renovables y limpias que nos hagan menos dependientes del petróleo y no contaminen. Con una soberanía alimenticia, libre de transgénicos y venenos, que nos permita no depender del exterior en algo tan básico como la alimentación. Dónde la justicia social nos proporcione una calidad de vida real, sanidad eficaz y para todas las personas, servicios sociales públicos y eficientes, una educación Canaria realmente gratuita y de calidad, una promoción cultural enriquecedora…
Una Canarias capaz de gestionar su territorio y sus recursos de una forma responsable y respetuosa con el medio ambiente, que garantice que se cubran las necesidades básicas de su gente, permitiendo la promoción social, cultural y económica, necesaria para avanzar como pueblo. Dónde nuestras aguas interiores puedan ser controladas y explotadas por el pueblo canario, nuestros barcos puedan faenar y las industrias que creemos manufacturar las materias primas que obtengamos de nuestros recursos o que intercambiemos con otros pueblos.
Me siento canaria cuando soy capaz de soñar una Canarias, en la que después de más de cinco siglos, los canarios y canarias, seamos de una vez dueños de nuestro destino, podamos decidir cómo queremos que sea nuestra casa, y amueblarla acorde a nuestras necesidades, desde el amor que sentimos hacia nuestra Tierra, desde el cariño hacia nuestra gente y desde el conocimiento de nuestra realidad, por y para CANARIAS.
Me siento canaria cuando ya no sólo soy capaz de soñar, sino de algo más importante, de despertar, y ver que nuestra tierra no soporta más presión, que el nivel de destrozo está alcanzando cotas de irreversibilidad, que nuestra gente cada vez pasa más necesidades, nuestros barrios se pudren y las conquistas sociales se pierden a un ritmo vertiginoso. la corrupción se institucionaliza y el pueblo se aborrega en un círculo vicioso de consumismo desenfrenado…
De ser consciente de cómo se llevan la mayor parte de los beneficios generados en canarias, por medio de las empresas multinacionales que declaran en sus lugares de origen, grandes superficies comerciales, puertos, aeropuertos, aseguradoras, bancos, hoteles, … que expolian nuestros recursos naturales, explotan a nuestra gente y se enriquecen, dejándonos a penas una limosna y a un coste desproporcionado…
Pero me siento realmente canaria cuando soy capaz de organizarme y luchar para que mis sueños se hagan realidad. Transformemos el presente forjando un futuro propio y unidos consigamos devolver a canarias su lugar, junto al resto de pueblos del mundo.
(*) Guacimara Vera Díaz es militante de Alternativa Nacionalista Canaria.